#cuerpo feo
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no me siento querida… deberia irme? no es como q no lo ame, es solo q no me llena. me comento algo y esperaba q lo solucionariamos juntos, pero no me volvio a hablar del tema. soy la unica q lo menciona. entiendo q pueda estar ocupado, pero yo soy un individuo tb. tal vez tengo mas tiempo libre q el, pero con mucha mas razon es q necesito q hablemos… pero el sigue sin decirme nada… y yo ya no se q hacer… quiero darle espacio para aclarar su mente, pero mientras tanto no puedo hacer mas q llorar al pensar q hay una minima posibilidad de q me deje. me va a dejar? entonces pq no lo hace ya… me dan ganas de dejarlo… a el lo amo mucho mas de lo q me ama el a mi aunq yo me amo mas de lo q lo amo a el… eso es lo q el no sabe. me esta perdiendo. asi, dudando, esta queriendome hacer alejarme de el. dios puede q se sienta igual ahora q lo pienso… pero el es el mas grande y poderoso, como lo puedo siquiera comparar conmigo? al caso… angel no me ama. y si lo hace, no me lo demuestra. y si lo hace, no lo veo. el sabe cual es mi lenguaje del amor. se lo he dicho. me dice de recordarselo, pero q le voy a recordar? q hagamos cosas juntos? q me preste atencion? q me hable? lo q quiero es q el tb quiera hacer algo conmigo, quiero q me escuche, igual q quiero escucharlo a el. si no quiere nada de eso, q se supone q haga? no le puedo reclamar nada… entonces debo dejarlo. no quiero cambiarlo. ya dije mis exigencias y creo haber negociado con el y aclarado q es lo q ambos queriamos. requiero de muchos cariño y y afecto. ambos estamos en las mismas y nos sentimos horrible de no poder tocarnos. tal vez hasta se sienta el peor q yo. no… tal vez no, el se siente fatal pq no podemos estar fisicamente juntos. pero en ese caso pq no me deja. dicen q es mejor dejar a la persona q amas si no eres feliz con ella… sera q el me ama mas por no querer dejarme ir aunq se sienta mal? no lo se… es la primera vez q pienso en esa posiblidad. pero no… no es asi. el solo le cuesta dejar ir a las personas. no soy la unica. le cuesta dejar ir a cualquiera. no soy especial. nunca lo fui y nunca lo sere. se me olvidaba q solo yo se como amar y cuidar de mi misma. nadie lo puede hacer en mi lugar. el me hizo pense q si… mintio, verdad? y si no es eso, y si de verdad esta confuso como lo podria estar cualquier ser humano, soy yo la q esta sobrepensando y siendo una engreida… como si fuera la mejor del mundo. como si supiera amar mejor q nadie. pero que le hago? son mis sentimientos. asi me siento. traicionada de nuevo. porque pensaba q me amaba en serio asi como me estoy arriesgando a todo por estar con el. no me importa gastar todo mi dia con tal de poder escucharlo decirme un solo tq… sera q exagero? entonces pq me enojo? si solo le digo q me lo diga el me lo dira. si le insito en q es en serio, seguro me escuchara… a no ser q tenga sus razones, right? joder, q es esto? pq es q complico siempre las cosas? pq hablo tanto? deberia solo cerrar la boca y dejar de tomarlo todo personal. sin llorar y calmada t ves mas elegante… no dejes q esto t afecte. quierete mesh. estas bien sin el. estoy bien. solo me necesito a mi. y si quiere acompañarme en mi aventura y compartir su vida conmigo adelante y si no sera una pena pero me hare bi y seguire haciendo el estupido hasta q me harte de ello o seguire mejorando como mujer y tendre exito en lo q sea q haga. eso es todo… quiero ser feliz.
#quiero estar con el mas q nada en el mundo#no me quiero contentar de lo basico#pero si el no quiere no lo puedo forzar#yo se lo que valgo y lo que se pierde#esta vez ya no le deseare ser feliz si me deja#espero q vuelva pq en el fondo lo esperare#por el lo haria todo por mas feo que sea#pero por mi misma me bajo hasta la luna#nadie me amara mejor de lo q yo me amo#tristemente el es el unico q podria hacerlo#sin el mi corazon estara solo eternamente#ojala dios me cuide y no me abandone asi#soy muy injusta pero no quiero perderme#por favor ama a esta lamentable servidora#guiame para no destrozar mi cuerpo y alma#quiero estar saludable y con ganas de vivir#perdona a esta pecadora q no sabe su lugar#siento mucho no poder ser una santa virgen
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Dibujito feo de un AU dónde Bill decide quedarse con Ford y su family en lugar de maltratarlo para que termine el portal y todos viven happy :P. Cómo se nota que no tenía bien las manos jajaja, en fin, bye!
(Y mini dibujito de Billzona porque no hay nada más divertido que retratar a un demonio bidimensional poseyendo tu cuerpo pero stylish jajaja. Bill no estaría listo para el caos que es el fandom, por mas Raromagedón y wenas que haga)
-PQQ
#fanart#gravity falls bill#gravity falls#gravity falls fanart#gravity falls au#pines family#bill cypher#bill chose ford over the portal#bill chooses to stay with the pines instead of being a menace#bill cipher redemption#my babies
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Virus - Agustín Pardella x Reader.
Pairing: Agus Pardella x Reader Adevrtencias: Fluff Notas: Experiencia propia, estoy resfriada. Ojala Agus me hiciera sopita. Es una prueba por si os gusta los fics con Agus.
Te habías levantado como el tiempo, afuera llovía y tronaba. Y tu no parabas de toser y sonarte los mocos. Te encontrabas fatal, cansada y derrotada. Bajaste las escaleras y viste en la sala de estar a tu novio Agustín tumbado en el sofá, sin remera exponiendo sus músculos y sus tatuajes. Fuiste con tu manta en los hombros hacia él. Estaba mirando la televisión, por lo que no te miró cuando notó que te acomodabas a su lado. Hablaban de su película. Por lo que te dejo sitio y te acurrucaste.
Viste como pestañeó como si se acordara de algo y se giró a mirarte.
-Tenes fiebre. - colocó una mano sobre tu frente y te derretiste sobre su tacto. Siempre estaba caliente, su piel siempre emanaba ese calor corporal que por verano hacía que sudaras tanto en la cama. - ¿Por qué no me lo decís, boluda?
Tu no respondiste, solo lo miraste con los ojos de perrito abandonado. Resopló y miró la hora. Era hora de cenar. Se levantó, quitándote el calor que tanto necesitabas y te quejaste. Te besó suavemente y se fue a la cocina. Desde el sofá podías ver como se colocaba un delantal sobre su piel expuesta y encendía los fogones. Te tumbaste sobre el sofá y te pusiste a mirar la televisión en busca de una distracción. Pronto la sala se llenó de un olorcito muy bueno, a sopa de pollo casera. Si sabía tan bien como olía, ibas a quitarle el plato de las manos. Llegó con dos boles a la sala, uno para ti y otro para él.
Sabía como el cielo, el caldo era sabroso y el pollo se deshacía en la boca. La sensación de el liquido caliente bajándote por el cuello al cuerpo hacía que te sintieras mucho mejor. Por lo que después de tragar, miraste a Agustín con amor en los ojos. Él sonrió un poco preocupado y entrelazó vuestras manos sobre la mesa. No le merecías.
-Te amo, Agus- le dijiste.
-Yo también te amo, mi amor. - te respondió.
Te fijaste que su sopa era mucho más triste que la tuya. Se había echado los trozos feos del pollo y no eran precisamente muchos. En cambio, los tuyos era los más bonitos, jugosos y tiernos. Tú cara se trasformó en un puchero mientras veías como se comía esa sopa. Era siempre tan dulce contigo. Detallista hasta en las cosas más simples.
Al terminar la sopa, Agustín fue a buscar una manta polar que guardabais cerca de la sala para cuando hacia frío. Era la ocasión perfecta para utilizarla. Era muy grande, por lo que ambos podíais estar bajo la manta, pero aún así te ofreció más manta. Se puso su remera y te pegó a su cuerpo. Poniendo tus pies sobre sus piernas y dándote un beso en la frente con cariño.
Entre el calor corporal y el calor de la manta estabas de lujo. Te acurrucaste más a él, colocando tu cabeza en el hueco de su cuello y le besaste allí. Tocaste una de sus cosquillas y rió, con esa voz de hombre que te tenía enamorada.
#lsdln#lsdln cast#la sociedad de la nieve#society of the snow#agustin pardella#agustin pardella x reader
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Te has parado a ver a tu alrededor? No has visto a tus amigas? Sí, todas ellas son tan delgadas y lindas, mientras que tú estás asquerosa y gorda, todo tu cuerpo es feo y lleno de grasa a ellas todo les queda bien, mientras que a ti te quedan horribles, tu cuerpo tiene demasiado tamaño y volumen todas son delgadas y bellas, tienen un cuerpo y altura muy adecuados, están muy bien mientras que tú no puedes decir lo mismo por qué tú cuerpo está lleno de grasa, eres una asquerosa gorda que nadie quiere, mientras que todas son adorables y muy deseadas tú a nadie le gustas, a nadie le agradas, nadie quiere estar cerca de ti, te desaniman con cada gesto y expresión que muestran, no te soportan, ni siquiera quieren ver tu cuerpo feo te desvalorizan como te mereces.
¡recuerda!
No puedes decir que eres linda si estás gorda, la delgadez es una condición necesaria para ser llamada linda.
#gorda imunda#chica gorda#soy una gorda#estoy gorda#confesiones de una gorda#odio ser gorda#gorda asquerosa#diario de una gorda#me siento gorda#no quiero ser gorda
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les juro que yo pensé q el fae ese se refería a sacarme 5 años de vida en general, no CINCO A PARTIR DE AHORA YA
CHICOS ABANDONÉ A MI FAMILIA FICTICIA POR 5 AÑOS NO LO PUEDO CREER AJDKWKDDK
#bro q hiciste con mi cuerpo mientrss tsnto???? lo poseiste????? are we talking a bill cipher situation????#pq me hiciste feo😔😔😔
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Ven, acércate, dime algo al oído.
Hazme sentir algo, que el corazón lo tengo diluído.
Ahogándome en mi sangre y en este feo fluido.
Sintiéndote lejos y sin haber huído.
Preguntándome si alguna vez tu amor fue mío.
En algún navío, para que mis lágrimas formen parte del océano, de algún río.
Poder vivir con los peces, para cuando muera no encuentren mi cuerpo destruído.
Hope
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en: hey so. you guys know my epilogue Gabe?
well, I drew him!
esp: entonces. ustedes saben de mi Gabriel del epílogo?
bueno, lo dibujé!
patch notes under the cut/notas del parche bajo el corte
patch notes include: actual fat in his body because now he's not under constant stress. he can now survive the winter
white orchids (that represent modesty, humility, honesty, and fidelity, all things he has or needs after the events of my fic) on his helm instead of the normal golden tonsure thing
notas del parche, incluyen: grasa de verdad en su cuerpo porque ahora no está sobre estrés constante. este tipo ahora sí puede sobrevivir el invierno
orquídeas blancas (que representan moderación, humildad, honestidad y fidelidad, cosas que obtiene o necesita durante y después de los eventos de mi fanfic) en su casco en vez de su corte de monje feo
espero les guste!!!
#ultrakill#Ultrakill Gabriel#Gabriel Ultrakill#traditional art#victorartista#miren a mi gaboooo#amarte
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HOLA, amo como escribes las escenas nsfw, así que podría pedir un escenario con Wriothesley en donde somos una prosti pero el nos enseña un sexo lleno de amor y cosas fluffly pq se enamoro en vez del sexo sucio y feo¿
JSBDKD NO SE SI SE ENTIENDA, PERO GRACIAS DE ANTEMANO 🫶🫶
💖~ aydios amix, ME ENCANTÓ ESTA IDEA DKGDKHD literal podrían ser el típico "Yo te saco de trabajar, mi reina, ntp" KDHKDH gracias por tus palabras~ me hace feliz que te gusten mis escritos! ✨
Me pasé de verg* y esto terminó siendo muy largo, no sé si le debería hacer parte dos pero realmente quiero hacer algo más bonito con esta idea~ Escuché "All you wanna do" del musical Six mientras escribía esto, me gustó en lo personal
Warning: smut, angst, prostitution, Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
La vida es difícil, está llena de baches y no fluye como el agua de una fuente. Esas eran las palabras que tus padres te repetían todos los días como si fuera un mantra divino. La vida se trataba de trabajar para no morir, hacer lo que fuera necesario para comer un trozo de pan, para asegurar que la niña que criaban no moriría de hambre ni de frío. Trabajaban día y noche, remendaban la ropa y las mantas, los zapatos y los muebles viejos, todo debía cumplir una labor incluso si ya no servía, el reloj era un muerto viviente que tu padre siempre trataba de reparar con algunas herramientas oxidadas y la luz de una vela que casi no tenía cera, pero siempre sonaba a sus horas.
La vida era difícil, se trataba de trabajar para conseguir gas y poder hervir agua para hacer sopa, se trataba de bañarse en agua helada en la mañana y trabajar todo el día para caer rendido en un triste colchón en el piso. Eso aprendiste de tus padres desde joven y entendiste, aquella noche fría en que un mazo oxidado abrió el cráneo de tu padre por la frustración, que sus palabras eran muy sabias. Entendiste, el día en que tu madre falleció por enfermedad y sin disponibilidad de medicamentos, que la vida era tan fría como el agua con el que te lavaste la cara en la mañana, tan dura como el piso en el que dormiste por varias noches, entendiste que tenías que salir de ahí de alguna manera.
Aprendiste muchas cosas en tu vida, que si lavas tu cara antes de salir a vender periódicos tendrías unas monedas de más, que si preferías usar una blusa sin mangas tendrías más atención y eso te podría ayudar a comer más que una hogaza de pan duro. Entendiste que siendo atractiva te podrías salvar cuando un hombre te llevó para trabajar en algo más "adecuado".
Pura mierda. Un edificio con luces extravagantes y cortinas traslúcidas, una prisión lujosa donde has sido reclusa desde la adolescencia. No podías quejarte, se supone, tenías una cama suave y comida, un techo que no permitiría que la lluvia ni el sol te enferme, tenías una habitación y un baño decente por primera vez en tu vida y la ropa que vest��as, si bien era incómoda, entallada y lujosa, era ropa y se agradecía. Para alguien que no tenía nada de eso, era una bendición que pagaste con un trabajo sucio.
Bailaste, cantaste, aprendiste a conversar y a sonreír aún si estabas incómoda, aprendiste a no quitar las manos que te hacían temblar de miedo, aprendiste a no chillar de dolor ni de miedo cuando te usaban como si fueras un vulgar agujero o una muñeca bonita para mancillar.
Lloraste al final de cada encuentro, no disfrutaste ninguno, siendo todo jalones y mordidas de demonios que arrancaban tu piel, los ojos de los monstruos que dormían bajo tu cama queriendo llevarte al infierno te veían como un trozo de carne lujosa, preparados para rostizarte con especias asquerosas y comerte, y tirar tus huesos contra el plato para que alguien más limpiara el comedor donde pecaron.
Un nuevo día, una ducha con agua helada y tu cabello enmarañado en el espejo, tu cuerpo dañado ya no era lo que solía ser cuando te preparabas para vender periódicos en las oscuras calles, sino una figura más madura y cuidada, el ejercicio y la alimentación que regulaban para mantenerte como un sujeto atractivo combinaba con los moretones espantosos en tus piernas y en tu cuello. Los odiabas, y te apresurabas a cubrir tu cuerpo con una toalla para seguir llorando una mañana más.
La vida era triste, fría y solitaria. Te trataría como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Hasta que te salvaron.
Wriothesley, que sonríe cada vez que lo llamas. Wriothesley, cuyos ojos se suavizan cuando te ve. Wriothesley, que no temió en usar su fortuna para mantenerte. Wriothesley, que te salvó de esa prisión pintada de lujoso pecado, depresión y miseria.
El hombre que llegó al lugar donde trabajabas y se quedó hechizado con tu figura, que casi detuvo una misión para verte un poco más, sentir tu mirada en él mientras bailabas con un traje tan soez. Viendo a través de tus ojos seductores y tu sonrisa caprichosa lo poco que quedaba de una mujer feliz, que buscaba aferrarse a la sugestión como último aspecto verdadero de una personalidad destrozada por las luces rojas y música persuasiva.
Esa noche lo supo, debía sacarte de ese lugar cuánto antes.
El perfume femenino se sentía como humo en tus pulmones, pero era el adecuado para ti, el labial rojo en tus labios y las sombras cuidadosamente difuminadas en tus párpados para que luzcan más bellos eran como se esperaban de alguien como tu, que vestía con poca ropa y joyas asquerosas contra tu piel. Una mujer, un bello trozo de carne que alguien más engulliría hoy.
La puerta se abrió para el caballero de oscuros cabellos, el guardia lo había guiado hacia la recámara de oscuridad tenebrosa. Entró, recibió sus felicitaciones del asqueroso hombre que te miró con una sonrisa repugnante y que después cerró la puerta nuevamente, dejándote indefensa frente a un lobo hambriento. Sonreíste, volviendo a tomar un poco de la seguridad que se supone que tenías como la diva de este maldito lugar.
"Buenas noches, monsieur..." Un tono bajo, como un susurro, bonito y encantador, mezclado con la caricia que diste a tus piernas cruzadas. Sabías quién era el hombre, y precisamente por eso –y porque de lo contrario te castigarían si lo trataban mal– no te permitirse ser nada más que una encantadora bolsa para su semen. Agradecías en silencio que no fuera un viejo otra vez, estabas harta de los vejestorios orgullosos que se hacían llamar hombres entrando por las puertas.
Fue preocupante en un inicio, el caballero no te quitó la mirada de encima pero no se dedicó aa comerte con la mirada, sus ojos no reflejaban sus ganas de arrancarte la lencería de un vibrante color rojo, sino que se mostraba molesto mientras paseaba la vista por el conjunto que tenías puesto. Temblaste, no acostumbrada a cuando te volvió a mirar a los ojos y sonrió compasivo.
"El color no te queda." Habló de lo más calmado, dando algunos pasos hasta atraer la silla que estaba a un lado y dejándote lejos, respetando tu espacio personal cuando se sentó y volvió a mirarte. "Este lugar es muy... pequeño, no parece una buena habitación para ti." Sus ojos analíticos pasearon por toda la habitación, el papel de la pared y la madera del piso, sin cuadros ni carteles de nada, solo una cama, un escritorio y un baño. "¿Vives aquí o me equivoco?"
"Si estamos hoy aquí es porque ha considerado que era el mejor servicio que puede tener, monsieur Wriothesley." Si un hombre deseaba sacar a relucir todos sus fetiches, incluidos los más raros y repugnantes, tendría que usar juguetes especiales que tenían en habitaciones especiales, y claro que un servicio más completo e ilimitado requería una mayor cantidad de mora en los bolsillos del gran señor que te mantenía. Ese no era el plan de Wriothesley, no estaba buscando diversión, no completamente. Wriothesley sonrió y entendió a lo que te referías, suspiró y siguió viendo a todos lados menos a ti en silencio, uno que te estaba atormentando. "¿Se ha estado sintiendo a gusto últimamente, monsieur?"
Preguntaste de manera en la que pretendías estar tranquila, no querías obligarlo a hacer nada y era mejor si era así, pero no entendías la necesidad de pagar por estar una noche con una prostituta y perder tiempo viendo una decoración mundana. Parecía que Wriothesley estaba de acuerdo con tus pensamientos, e incluso parecía que estaba a punto de decir algo pero se quedó aliado mirándote una vez más, otra vez con molestia. "¿Te gusta mucho ese conjunto?"
Es asqueroso, repulsivo, asfixiante y desabrido, querías decirlo pero sabías que no le importaría, reír un poco te ayudaría a sacar el aire que se mantenía incómodo dentro de tus pulmones. "¿No es de su gusto?" Wriothesley sonrió mirándote a los ojos, su mirada iluminada por el sucio rojo de la habitación se notaba cálida a pesar del ardor de todos los colores chillones de la sala.
"Preferiría algo negro en ti, ¿Es de tu gusto?" Wriothesley se levantó por fin de su silla, acercándose a ti con pasos tranquilos y tomando tu mentón para inspeccionar bien tu rostro, soltando ruidos de satisfacción mientras analizaba tus labios y tus mejillas. "Si me lo permitieras podría llenar tu vida de otros colores que no sean este. Violeta, rosa, blanco o negro, si me lo pidieras todo sería tuyo." Su toque era delicado, tanto que te hipnotizó y por un momento olvidaste todo, hechizada por sus palabras. Tal vez eran mentira pero entre cada palabra que caía de su lengua s tus oídos te calentaba el corazón. "No estarías obligada a vestir de esta manera, no te pediría que hagas esto tampoco. Serías una reina a mi lado, mi reina."
"Lo que usted quiere es una esposa trofeo, monsieur." Wriothesley soltó una risa mientras te dejaba caer en la cama, una mano debajo de tu cabeza para que no te lastimarse, otra mano en el colchón para no dejar caer todo su peso sobre ti.
"No, lo que yo quiero eres tú." Te besó, pero a diferencia de besos anteriores que has experimentado no hubo lengua que incomode tu boca, no hubo dientes que choquen con tus labios, solo besos tranquilos y deliciosos, lentos y sensuales que te hacían perseguir sus labios por más. Tus manos lo sostuvieron por sus hombros para que no se aleje, queriendo sentir más del cariñoso acto que te quitaba el aliento con cada caricia en tus labios. "¿Puedo...?"
¿Qué clase de tonterías estaba diciendo este hombre? Que compra a una prostituta y le pide permiso para hacer lo que quería hacer cuando pagó. Aturdida por la frustración, solo asentiste y dejaste que te quitara la ropa, él aún tenía el ceño fruncido y era delicado en sus acciones, quitando tu blusa transparente y revelando tus senos, dándoles una caricia y un beso lento antes de quitar tus medias por el elástico, deslizándolas por tus piernas con cuidado y sosteniendo tus piernas a los lados de su cadera. Cuando quisiste moverte para tomar la botella de lubricante de la mesa al lado de la cama, la mano de Wriothesley te detuvo y besó tu mano.
"Tranquila, yo me encargo de esto." El hombre seguía vestido, lo que te mantenía indefensa ante él, sin contar que sus manos empezaron a delinear tu figura, tus brazos, tu cintura, se estaba esforzando para memorizar tu forma bajo sus manos ásperas y con cicatrices. Sus dedos tomaron tus pezones y jugaron con tus botones con sus pulgares, dando vueltas a sus circunferencias y apretando ligeramente la carne delicada, arrancándote suspiros.
"Si algo no te gusta podemos detenernos." Te miró con cariño, ahora sin molestia en tus ojos, mientras estiraba la tela de tu braga. Asentiste nuevamente, ahora con un murmullo suspirado, y pareció que el ego de Wriothesley creció en ese momento. Te quitó la molesta tela revelando tu intimidad desvergonzada, por extraño que parezca te sentiste demaciado expuesta ante él, pero todo se fue al diablo cuando una de las manos de Wriothesley pasó de tu seno a tus pliegues y pasó delicadamente por tu raja hasta tu clítoris, masajeando los botones de carne con ambas manos en dos zonas distintas que te hicieron soltar un jadeo más alto. Su boca bajó desde tu mejilla hasta tu vientre, dejando tus piernas cómodamente en sus hombros, repartiendo besos como una cascada hasta tu intimidad dónde empezó a lamer y a arremolinar su lengua en ti.
Arañaste la sábana y arrugaste los dedos de los pies, jadeaste por la humedad nueva que estabas descubriendo con su lengua y sus labios besando tu intimidad con hambre, bebiendo todo el líquido que caía por su barbilla y que te enredaba el estómago en una sensación tan exquisita que no pudiste ignorar. Gruñiste el nombre de Wriothesley, lo abrazaste con tus muslos y él fue dichoso de sentir tu miel fluir como un río por su paladar, no se molestó en mojar la sábana de bajo de ti, nada importaba ahora.
"No te puedo pedir que seas mía ahora, pero por favor dame la oportunidad." Amó cada parte de ti, como respirabas con dificultad, tus piernas temblando y deseando más, adoró cuando lo miraste a través de tus pestañas húmedas por tus lágrimas y sonreíste. Ibas a caer, si tenía que ser una ilusión rezabas que fuera eterna, que nunca te rompa el corazón con una verdad amarga si todos los días tendrías algo como esto. Tal vez es amor, pensaste, así se debe sentir estar enamorado, una inmensa felicidad y tranquilidad.
Había pedido permiso y se lo concediste, lo dejaste introducir su polla dura entre tus pliegues, ambos jadearon al sentirse completos, Wriothesley premió tu tranquilidad con más besos dulces y se tomó su tiempo para hacerte el amor entre suspiros y anhelos.
Mientras sus bolas casi entraban profundamente en ti a un ritmo lento pero rudo, los gruñidos del hombre besaban la piel expuesta de tu hombro y mordía delicadamente. Trataba de no hacerte daño mientras te sostenía la cintura con delicadeza, haciendo rodar tu clítoris en sus dedos y meciéndote contra su falo. Wriothesley besó tu clavícula a través de las manchas que dejaban sus labios, chupaba tu piel salada y mojada mientras susurraba frases inentendibles por la dicha de unirse a ti.
La vida no debía ser difícil, no debe estar llena de baches, fluye como el agua de una fuente. Tus noches no deberían pasar entre lágrimas y maldiciones, no deberían tratarte como una pieza en un tablero, sin importancia, destinada a ser abusada y manchada por otros. Estabas destinada a ser amada y mimada, a los ojos de Wriothesley, estabas destinada a vivir una vida honrada y feliz, sonreír todos los días de tu vida y cada noche dejarlo hacerte el amor de manera lenta, empalarte en su polla mientras soltaba más susurros de amor y adoración a ti.
Lo raro no acabó, el cariño no acabó. Cuando ambos estaban saciados por el nuevo tipo de placer que habían encontrado en el otro, no se separaron, él no se vistió y se fue luego de recordarte que fuiste la más hermosa de todas. Wriothesley se preocupó por ti, te ayudó a limpiarte y se quedó a tu lado en la cama, el silencio fue agonizante al inicio pues no sabías qué hacer hasta que empezaste a dormir en su pecho, arrullada por el respirar del hombre y sus brazos que te mantenía caliente. Lloraste una vez más, en silencio, por la felicidad que creías que sería pasajera.
Desde esa noche, todas las mañanas te alegras de despertar perezosamente en los brazos del duque que no te quiere soltar, pasas tus días a su lado vistiendo de los colores del arcoiris pero no el color del infierno, con un anillo con una piedra oscura en tu dedo. Un establecimiento clausurado, una oportunidad junto a Wriothesley y al final tu libertad estaba frente a ti. La libertad que había buscado tu padre, la que había buscado tu madre y la que no pudo encontrar tu yo más joven, ahora resplandecía frente a ti en la figura mortal de un hombre.
English:
Life is difficult, it is full of potholes and it does not flow like water from a fountain. Those were the words your parents repeated to you every day as if it were a divine mantra. Life was about working to not die, doing whatever it took to eat a piece of bread, to ensure that the girl they were raising would not die of hunger or cold. They worked day and night, mending clothes and blankets, shoes and old furniture, everything had to do its job even if it was no longer useful, the clock was a living dead that your father always tried to repair with some rusty tools and the light of a candle that had almost no wax, but always rang on time.
Life was difficult, it was about working to get gas and be able to boil water to make soup, it was about bathing in ice water in the morning and working all day to fall exhausted on a sad mattress on the floor. You learned that from your parents from a young age and you understood, that cold night when a rusty mallet opened your father's skull out of frustration, that his words were very wise. You understood, the day your mother died due to illness and without the availability of medicine, that life was as cold as the water with which you washed your face in the morning, as hard as the floor on which you slept for several nights, you understood that you had to get out of there somehow.
You learned many things in your life, that if you washed your face before going out to sell newspapers you would have a few extra coins, that if you preferred to wear a sleeveless blouse you would have more attention and that could help you eat more than a loaf of stale bread. You understood that by being attractive you could save yourself when a man took you to work in something more "suitable."
Pure shit. A building with extravagant lights and translucent curtains, a luxurious prison where you have been an inmate since you were a teenager. You couldn't complain, you were supposed to, you had a soft bed and food, a roof that wouldn't let the rain or sun make you sick, you had a decent room and bathroom for the first time in your life, and the clothes you wore, even though they were uncomfortable, fitted and luxurious, it was clothing and it was appreciated. For someone who didn't have any of that, it was a blessing that you paid for with a dirty job.
You danced, you sang, you learned to talk and smile even if you were uncomfortable, you learned not to remove the hands that made you tremble with fear, you learned not to scream in pain or fear when they used you as if you were a vulgar hole or a pretty doll to taint.
You cried at the end of each encounter, you did not enjoy any of them, it was all pulls and bites of demons that ripped off your skin, the eyes of the monsters that slept under your bed wanting to take you to hell saw you as a piece of luxurious meat, ready to roast you with disgusting spices and eat you, and throw your bones against the plate so that someone else could clean the dining room where they sinned.
A new day, a shower with ice water and your hair tangled in the mirror, your damaged body was no longer what it used to be when you were preparing to sell newspapers on the dark streets, but a more mature and well-kept figure, exercise and the diet they regulated to keep you attractive combined with the hideous bruises on your legs and neck. You hated them, and you rushed to cover your body with a towel to continue crying one more morning.
Life was sad, cold and lonely. Life would treat you like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. Until he saved you.
Wriothesley, who smiles every time you call him. Wriothesley, whose eyes soften when he sees you. Wriothesley, who was not afraid to use his fortune to support you. Wriothesley, who saved you from that painted prison of luxurious sin, depression and misery.
The man who came to the place where you worked and was enchanted by your figure, who almost stopped a mission to see you a little more, to feel your gaze on him while you danced in such a vulgar outfit. Seeing through your seductive eyes and your capricious smile what little was left of a happy woman, who sought to cling to suggestion as the last true aspect of a personality destroyed by red lights and persuasive music.
That night he knew, he had to get you out of that place as soon as possible.
The feminine perfume felt like smoke in your lungs, but it was the right one for you, the red lipstick on your lips and the shadows carefully blended on your eyelids to make them look more beautiful were as expected from someone like you, who dressed scantily. Disgusting clothes and jewelry against your skin. A woman, a beautiful piece of meat that someone else would gobble up today.
The door opened for the dark-haired gentleman, the guard had guided him into the chamber of gloomy darkness. He walked in, received his congratulations from the disgusting man who looked at you with a disgusting smile and then closed the disgusting door again, leaving you defenseless against a hungry wolf. You smiled, regaining some of the confidence you were supposed to have as the diva of this damn place.
"Good night, monsieur..." A low tone, like a whisper, pretty and charming, mixed with the caress you gave to your crossed legs. You knew who the man is, and precisely for that reason –and because otherwise you would be punished if you treated him badly– you were not allowed to be anything more than a charming bag for his semen. You were silently grateful that he wasn't an old man again, you were sick of proud geezers who called themselves men walking through the doors.
It was worrying at first, the gentleman did not take his eyes off you but he did not dedicate himself to staring at you, his eyes did not reflect his desire to tear off your vibrant red lingerie, but rather he seemed annoyed as he looked around. for the outfit you were wearing. You shivered, not used to when he looked back into your eyes and smiled sympathetically.
"The color doesn't suit you." He spoke as calmly as possible, taking a few steps until he attracted the chair that was on one side and leaving you far away, respecting your personal space when he sat down and looked at you again. "This place is very... small, it doesn't seem like a good room for you." His analytical eyes roamed the entire room, the wallpaper and the wood of the floor, no pictures or posters of anything, just a bed, a desk and a bathroom. "Do you live here or am I wrong?"
"If we are here today it is because you considered it to be the best service you could have, Monsieur Wriothesley." If a man wanted to bring out all his fetishes, including the strangest and most disgusting ones, he would have to use special toys that were kept in special rooms, and of course a more complete and unlimited service required a greater amount of mora in the pockets of the great lord that kept you. That wasn't Wriothesley's plan, he wasn't looking for fun, not entirely. Wriothesley smiled and understood what you meant, he sighed and continued looking everywhere except at you in silence, one that was tormenting you. "Has he been feeling at ease lately, monsieur?"
You asked in a way that meant you were calm, you didn't want to force him to do anything and it was better if that was the case, but you didn't understand the need to pay to spend a night with a prostitute and waste time looking at mundane decorations. It seemed like Wriothesley agreed with your thoughts, and it even seemed like he was about to say something but he just stood there looking at you once again, again with annoyance. "Do you really like that outfit?"
It's disgusting, repulsive, suffocating and tasteless, you wanted to say it but you knew he wouldn't care, laughing a little would help you get out the air that remained uncomfortable inside your lungs. "Isn't that to your taste?" Wriothesley smiled looking into your eyes, his gaze illuminated by the dirty red of the room felt warm despite the heat of all the bright colors in the room.
"I would prefer something black on you, is that to your taste?" Wriothesley finally got up from his chair, approaching you with calm steps and taking your chin to inspect your face well, letting out satisfied noises as he analyzed your lips and cheeks. "If you allowed me, I could fill your life with colors other than this one. Violet, pink, white or black, if you asked me, everything would be yours." His touch was delicate, so much so that he hypnotized you and for a moment you forgot everything, enchanted by his words. Maybe they were a lie but between every word that fell from his tongue your ears warmed your heart. "You wouldn't be forced to dress this way, I wouldn't ask you to do this either. You would be a queen by my side, my queen."
"What you want is a trophy wife, monsieur." Wriothesley let out a laugh as he dropped you onto the bed, one hand under your head so you wouldn't hurt yourself, another hand on the mattress so he wouldn't let his full weight fall on top of you.
"No, what I want is you." He kissed you, but unlike previous kisses you've experienced there was no tongue to bother your mouth, no teeth to collide with your lips, just calm and delicious kisses, slow and sensual that made you chase his lips for more. Your hands held him by his shoulders to keep him from moving away, wanting to feel more of the affectionate act that took your breath away with each caress on your lips. "Can I...?"
What kind of nonsense was this man talking? That he buys a prostitute and asks her permission to do what he wanted to do when he paid. Dazed with frustration, you just nodded and let him remove your clothes, he was still frowning and delicate in his actions, removing your sheer blouse and revealing your breasts, giving them a caress and a slow kiss before removing your stockings by the elastic, sliding them down your legs carefully and holding your legs to the sides of his hips. When you wanted to move to grab the bottle of lube from the table next to the bed, Wriothesley's hand stopped you and kissed your hand.
"Don't worry, I'll take care of this." The man was still dressed, which kept you defenseless before him, not to mention that his hands began to outline your figure, your arms, your waist, he was trying hard to memorize your shape under his rough and scarred hands. His fingers cupped your nipples and played with your buttons with his thumbs, circling their girths and lightly squeezing the delicate flesh, drawing sighs from you.
"If you don't like something we can stop." He looked at you lovingly, now with no discomfort in your eyes, as he stretched the fabric of your panties. You nodded again, now with a sighed murmur, and it seemed like Wriothesley's ego grew in that moment. He removed the annoying fabric revealing your shameless intimacy, strangely enough you felt too exposed to him, but everything went to hell when one of Wriothesley's hands moved from your breast to your folds and delicately passed along your slit to your clit, massaging the flesh buttons with both hands in two different areas that made you gasp louder. His mouth went down from your cheek to your belly, leaving your legs comfortably on his shoulders, spreading kisses like a waterfall to your intimacy where he began to lick and swirl his tongue in you.
You scratched the sheet and wrinkled your toes, you gasped at the new moisture that you were discovering with his tongue and his lips kissing your intimacy hungrily, drinking all the liquid that fell down his chin and that entangled your stomach in a sensation so exquisite that you couldn't ignore. You growled Wriothesley's name, you hugged him with your thighs and he was happy to feel your honey flow like a river through his palate, he didn't bother to wet the sheet under you, nothing mattered now.
"I can't ask you to be mine now, but please give me the chance." He loved every part of you, how you were breathing hard, your legs shaking and wanting more, he loved when you looked at him through your eyelashes wet with your tears and smiled. You were going to fall, if it had to be an illusion you prayed that it would be eternal, that it would never break your heart with a bitter truth if every day you would have something like this. Maybe it's love, you thought, this is what being in love must feel like, immense happiness and tranquility.
He had asked for permission and you granted it, you let him insert his hard cock between your folds, you both gasped as you felt complete, Wriothesley rewarded your tranquility with more sweet kisses and took his time making love to you between sighs and longings.
As his balls nearly entered you deep at a slow but rough pace, the man's grunts kissed the exposed skin of your shoulder and bit gently. He tried not to hurt you as he gently held your waist, rolling your clit on his fingers and rocking you against his phallus. Wriothesley kissed your collarbone through the stains left by his lips, he sucked on your salty and wet skin while he whispered incomprehensible phrases for the joy of joining you.
Life should not be difficult, it should not be full of potholes, it flows like water from a fountain. Your nights should not be spent in tears and curses, you should not be treated like a piece on a board, unimportant, destined to be abused and stained by others. You were destined to be loved and pampered, in Wriothesley's eyes, you were destined to live an honest and happy life, smile every day of your life and every night let him make love to you slowly, impale you on his cock while he let out more whispers of love and adoration of you.
The strangeness didn't end, the affection didn't end. When you were both satiated by the new kind of pleasure you had found in each other, you didn't separate, he didn't get dressed and left after reminding you that you were the most beautiful of all girls in that night. Wriothesley worried about you, he helped you clean yourself and stayed next to you in bed, the silence was agonizing at first because you didn't know what to do until you began to sleep on his chest, lulled by the man's breathing and his arms that held you. kept you warm. You cried once again, silently, for the happiness that you thought would be temporary.
Since that night, every morning you are happy to wake up lazily in the arms of the duke who does not want to let you go, you spend your days at his side wearing the colors of the rainbow but not the color of hell, with a ring with a dark stone in your finger. A closed establishment, an opportunity with Wriothesley and in the end your freedom was in front of you. The freedom that your father had sought, that your mother had sought, and that your younger self could not find, now shone before you in the mortal form of a man.
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Advierte, Sancho -respondió don Quijote-, que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo; y cuando se pone la mira en esta hermosura, y no en la del cuerpo, suele nacer el amor con ímpetu y con ventajas."
El Quijote
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Detrás del depredador - König Híbrido!Oso x lectora [Medieval AU]
Eres una plebeya de familia numerosa, tu vida es de lo más tranquila como lo puede ser para alguien de tu estatus. Hasta que una de las tantas mañanas en las que sales de tu hogar para recolectar frutos de los arbustos en lo más profundo del bosque una flecha atraviesa tu brazo. Tu no lo sabes, pero el dueño es el príncipe König , un híbrido bestia/oso, quien te tomara como su esposa, aunque no lo quieras así.
Capitulo 1!
Capitulo 2! << Siguiente aqui
Contiene: diferencia de edad, perversión, könig Yandere, konig Mayor, Diferencia de altura, obscenidad, dub-noncon, könig posesivo, daño/consuelo, violencia típica del canon, dime si me olvide de alguno.
Si este tipo de contenido no es de tu agrado ignóralo y sigue con tu camino
König es un príncipe, dentro de lo que cabe, un candidato para ascender al trono de su padre, es inestable en todo sentido, fue a batallas desde muy joven,. vió morir a sus hermanos y hermanas mayores, al nunca destacar de entre todos ellos nunca fue bien recibido por su padre, incluso ahora, siendo el único vivo junto a un hermano mayor suyo, a könig nunca le interesó el trono en lo absoluto y su incompetencia para generar descendencia lo hacía un candidato inepto ante ojos de todos.
Cualquier mujer que era enviada a sus aposentos siempre era rechazada y en el mayor de los casos, ellas mismas se negaban a ir a su lado, sin importarles ser decapitadas por rechazar a un príncipe, describen la sensación de estar a su lado como perturbadora y aterradora, un monstruo lleno de rencor y frustración.
Su padre se rindió en intentar conseguir un nieto de su parte y se limitó a suponer que su locura lo mataría.
Por su parte König se mantiene aislado en su habitación cuando está de visita en el castillo de su padre y no en su provincia, salía ocasionalmente para cabalgar por el bosque o cazar alguna pobre criatura que servirá como trofeo. Un príncipe impredecible por naturaleza, no existía retrato alguno suyo en ninguna parte que indicara cómo lucía detrás de esa espeluznante máscara que siempre usaba fuera de su habitación y quizás también dentro de ella. Habían rumores por todo el pueblo incluso dentro de la servidumbre del mismo palacio, <<'tal vez se desfiguró la cara en alguna batalla' 'él mismo intentó arrancarse su rostro en un arranque de ira' o 'es demasiado feo y vergonzoso para querer mostrarse al público'>>
Nadie preguntaba realmente, eran chismes a voces susurradas. Tampoco es que a König le importará demasiado la poca indiscreción del pueblo y los sirvientes, tarde o temprano ocurriría un terrible accidente que solo afectaría a los que tenían la lengua suelta y confiada.
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Recién amanecía en el reino, normalmente el ambiente era helado por las noches, aun recién saliendo el sol se sentía la suave brisa helada de todas las mañanas, könig disfrutaba el paisaje tranquilo cuando el sol se ocultaba, el silencio era acogedor y las luces cálidas del pueblo también lo eran.
Dió un suspiro cansado, separó su mirada de la ventana y contempló el cuerpo inerte de aquella mujer extraña para él, con marcas de asfixia alrededor de su cuello, estaba harto, no es que odiara la idea de pasar una buena noche,...solo no así, en lugar de encender sus más profundos deseos, solo se frustra más al presenciar a otra persona frente a él, ver sus inútiles intentos de cotejar y al final rendirse con nerviosismo.
La noche anterior su hermano le regaló una de sus esclavas porque en sus palabras 'Ya tengo demasiadas mujeres en mi harem, es hora de que tengas una propia' con arrogancia y un toque humorístico que claramente le ponía los nervios de punta.
Su hermano mayor sabía perfectamente que él odiaba tener contacto de cualquier tipo con la gente, tenía suficiente con tener que acudir a algunas reuniones del consejo, discutir política y estrategias de guerra. König sabía perfectamente que atrae la atención de todos, hasta cierto punto ayudaban a alimentar su ego, pero tiene totalmente metido en la cabeza que no depende de la aprobación ni la alabanza para saber lo que vale, es un hombre de casi 40 años, le gustaría decir que la edad trae madurez, pero su hermano mayor es una prueba de que no siempre es así.
A pesar de ser el hijo menor de su madre, König tiene la complexión más robusta entre todos sus hermanos, sumado a su gran tamaño era una bestia contenida en un cuerpo de hombre. literal y figurativamente. Su madre era una humana, pero tanto su padre, como sus antepasados y gran parte de sus hermanos, eran híbridos/oso. Cómo su escudo lo indicaba.
Gracias a su físico bien formado se unió a temprana edad al ejercicio, ascendiendo con esfuerzo y determinación. Antes era algo más emocionante hasta cierto punto. Ahora. Incluso su puesto como líder de la guardia real era fastidioso, batallar con los jóvenes era una astilla en la uña del dedo. Siempre quejándose, seres pequeños, débiles, queriendo demostrar ser algo que claramente no son, ya que no fueron tan inteligentes para ser maestros cultos ni tan estúpidos para ser ladrones mendigos; Esos estúpidos jóvenes no estaban hechos para la guerra, pero según las exigencias él debía cambiar eso, estaba a cargo de sus vidas y con ello la de todo el reino. Podría quebrar sus huesos cuanto quisiera para forjarlos como verdaderos hombres. La única parte medianamente reconfortante, podría dejarlos sin un brazo y costillas rotas durante los entrenamientos y nadie diría nada, ya que él es el que manda. Jefe.
König volvió en sí, identificando que había estado mirando al vacío durante algunos minutos, Una ligera sonrisa se formo en su rostro, al notar que había dos sirvientes arrastrando el cuerpo de aquella joven inconsciente fuera de su habitación con la cabeza gacha, casi arrodillados, era de esperarse, todos sabían que quien mirara su rostro perdería los ojos y la lengua. No había una razón en particular para ocultar su rostro, le gustaba mantenerse bajo el anonimato y así causar más terror en las demás personas, eso le divertía, ver sus cuerpos temblorosos del pavor.
La puerta de su habitación se cerró con lentitud, la sonrisa de su rostro se borró cuando escuchó unos pasos aproximándose.
— Apropos Teufel.
Exhaló con irritación, tomando la máscara a su lado y colocándola en su lugar nuevamente, dejando solo a la vista sus ojos color azul rey, fríos como el hielo, casi inexpresivos. Cuando los pasos se hicieron más pesados supo que su hermano estaría furioso después de ver a aquella criada inconsciente, arrastrada por los sirvientes.
Un empujón fuerte retumbó por todo el pasillo y la habitación. Ahí estaba él, su hermano mayor, Alexander, Con su cuerpo tenso, el ceño fruncido, esa característica media sonrisa arrogante y narcisista típica suya. Se quedaron viendo unos momentos, hasta que Alexander apartó la mirada, inspeccionando la cama, estaba totalmente ordenada, su ceño se frunció aún más, no había encontrado lo que buscaba.
— Eres realmente quisquilloso König
Gruñó con diversión, claramente no le importaba una mierda aquella esclava, solo quería hacerlo pasar un mal rato.
— ¿Ni siquiera esa puta extranjera fue capaz de mover tus entrañas?. Eres fuerte, yo no la hubiera dejado de follar hasta el amanecer.
König se quedó ahí en silencio, desviando la mirada de su hermano, levantando su gran figura lejos de la ventana, dirigiéndose a la puerta.
Alexander se tensó , flanqueando su compostura despreocupada de antes, con esa tonta sonrisa.
König se detuvo a solo unos centímetros de distancia, mirando a Alexander desde arriba, la diferencia de tamaño era abismal entre ambos, posiblemente genética, o por la ansiedad de könig que le provocaba un hambre insaciable de pequeño, más los duros entrenamientos y castigos físicos a los que su padre lo sometia por ser un bebé llorón que no salía nunca de detrás del vestido de su madre, buscando protección y consuelo.
Inclinó su cabeza hacia abajo, tomando el hombro de Alexander con una de sus enormes manos llenas de cicatrices, estrujando la carne, músculos y huesos debajo de ella. Se acercó lo suficiente para susurrar a su oído.
— Merezco algo mejor que una esclava, es un trofeo que no me gane por mis propios medios.
Soltó con arrogancia y severidad, disfrutando de la impotencia que su hermano mayor estaba experimentando. Era bien sabido que Alexander nunca estaba presente en las guerras, siempre dirigía desde la comodidad de su carpa, könig era quien se encargaba del trabajo sucio, comandar y pelear por sus tierras. Alexander Solamente era solapado por su padre, un poco hombre de más de 50 años que solo se encargaba de firmar uno que otro papeleo en su provincia, tenía todo asegurado en la vida. Era débil. Y König disfrutaba al recordarselo de manera indirecta, como moviendo un cuchillo en círculos sobre la misma herida, abriendo más la carne y haciéndolo sangrar sin matarlo por completo.
König dejó de hacer presión en el hombro de Alexander al escuchar algunos quejidos de dolor, y el rostro de su hermano al rojo vivo, seguramente había dejado moretones que no se quitarían hasta después de una semana. Le dio una ligera reverencia a Alexander, lo rodeó y salió de la habitación, dejándolo con un sabor agridulce en la boca. Ante todo era su próximo rey.
König caminó por los pasillos con normalidad, con orgullo, toda la semana había sido una mierda, el regreso de la guerra lo dejó con adrenalina en su sistema, deseaba sacarlo, Incluso considero aceptar a aquella esclava dentro de su cama, pero toda curiosidad por saber acerca de ello callo por los suelos, al ver a esa mujer con una sonrisa arrogante en sus labios, juzgandolo descaradamente con la mirada, sin una pizca de decencia en su ser, se acercó incómodamente a él sin preguntar, tocándolo y dejando rastros de su saliva en su clavícula. Asqueroso. A König le pareció repugnante, pero decidió hacerlo divertido, al menos para él.
Tomó a la mujer del cuello y apretó ligeramente, la mujer gimió tan fingidamente que le revolvió el estómago, incluso sintió lástima por ella.
Sonrió debajo de la máscara y apretó más fuerte. La mujer sonrió incómodamente, jadeando por el aire. Pero König no se detuvo, siguió fortaleciendo su agarre alrededor de su cuello, mirandola indiferencia; la mujer entró en pánico, dejando de sonreír, desapareciendo esa fachada de confianza que tenía hace unos segundos. Se retorció, arañó con fuerza y pateó, todo inutil, incluso comenzó a llorar mientras su rostro pasaba de un rojo a un morado por la falta de aire. Y se desmayó.
Él deseaba el toque de una mujer, realmente lo hacía, tuvo una que otra 'experiencia' cuando era más jóven, un aventura corta con alguna plebeya de los reinos que visitaba en incluso algunas nobles, pero todo acabó más temprano que tarde, se volvió parte de la guardia real, tenía más deberes encima, no recordaba la última vez que había tocado a una mujer.
Ahora cruzaba por los mediados de sus 30, era viejo, sin hijos, comenzó a odiar el contacto con los demás después de pasar años rodeado por viseras, excremento y huesos. Cada vez que estaba cerca de alguien no paraba de recordar la piel putrefacta, roída por los gusanos ,el terrible olor que desprendían los cuerpos enemigos cuando eran quemados.
En casi el final de su largo camino hacia los establos, König escuchó pasos acercarse a él, nunca bajaba la guardia, y a veces lo odiaba, tal vez así sus oponentes serían más interesantes.
Siguió caminando, necesitaba cabalgar un poco, tal vez cazar un venado para disminuir el estrés y divertirse.
— Señor.
Espetó su compañero de armas más cercano, Krueger.
— Kruger.
Murmuró de manera formal, girándose con las riendas de su caballo ya en mano
— Nadie me informó que saldría a cabalgar, hubiera ordenado que alistaran su caballo.
— No pensaba hacerlo
— Disculpe?
— Acompáñame.
Ordenó con una leve sonrisa, caminando al lado de su corcel hacia la salida del establo.
Krueger se quedó ahí unos segundos, solo pensando, dió un suspiro pesado medio divertido y alistó su propio caballo también, no regresarian en un buen rato, no hasta que su señor descargará toda su frustración en las pobres criaturas del bosque. Y él estaría ahí para evitar que se lanzará por el acantilado más cercano. Sin él.
Las cabalgatas con el príncipe/líder könig consistían en guardar silencio, contemplar el alrededor, disfrutar el paisaje, pero no lo suficiente para bajar la guardia por completo. König disfrutaba el silencio, estar lejos de las personas, lejos de su padre moribundo y su hermano.
Pero nunca , nunca podía faltar un trofeo de esa expedición, odiaba sentir que había perdido el.tiempo, aunque así fuera. Debía regresar por lo menos con un venado, o un jabalí atravesado y desangrado gracias a sus flechas.
Esta vez no sería la excepción, su padre seguramente morirá en unos pocos días, debía llevar algo bueno para la ceremonia.
König permaneceria como líder de sus tropas, era experimentado y fuerte. No podrían reemplazarlo de ninguna manera pero si lo llegaran a intentar, deberían estar listos para un baño de sangre. Alexander no deseaba poner en contra de sí mismo a sus guerreros y las tropas, no quería provocarlos, al menos no era un completo idiota como para hacer una estupidez de esa magnitud, pensó könig.
Todo estaba medianamente silencioso, a excepción de los pájaros y el viento chocando contra toda superficie..... Y algo más.
Se escuchaban pisadas ligeras y movimientos sutiles entre los arbustos, un animal debía estar escondido, könig preparó su arco y sus flechas. Disparó.
Un venado salió despavorido de entre los arbustos, comenzando a correr, con una rasgada en el lomo que probablemente causó su flecha disparada a ciegas. Inmediatamente Krueger y König comenzaron a cazar a la criatura, definitivamente era una buena presa para la ocasión, y sería suya.
El venado brinca, se escabulle y esquiva las flechas, la naturaleza de esa parte del bosque era frondosa y lúgubre, hasta cierto punto inquietante, su suelo era irregular, siendo un poco complicado seguirle el paso al animal.
La persecución los llevó a un claro rocoso lleno de arbustos con frutos pequeños comestibles.
Finalmente lograron alcanzar al animal, König apuntó con su arco y flecha, con el caballo en movimiento y disparó de nuevo. La cercanía fue tal que la flecha atravesó el cuello matando al animal y siguiendo su camino con gran velocidad.
No esperaba escuchar un chillido tan agudo después de presenciar que el ciervo caía al suelo con el cuello perforado, pero lo hizo, hubo un grito, una persona. Krueger y él se quedaron en silencio al escuchar los gemidos de dolor y angustia mezclados con pequeñas maldiciones. König se quedó ahí en su caballo, krueger por su parte desmontó y caminó hacia los arbustos sin vacilación alguna, observo a la criatura por unos segundos, mientras sollozaba para después tomar su brazo y arrastrarla fuera de su escondite.
Konig miro la situación en cámara lenta, tu pequeña figura fue arrastrada para que él te pudiera ver mejor, no podías hacer mucho para negarte, solo te quejabas mordiendo tus labios y lengua, estabas sufriendo, eso era obvio pero eso le hizo sentirse emocionado. Excitado.
Se Quedó totalmente petrificado, mirando tu cuerpo tembloroso y llorosos, con una flecha atravesada en tu brazo izquierdo, estabas sangrando, te examinó de arriba abajo, tu cuerpo, eras demasiado pequeño en comparación suya, en realidad todos lo eran, si así eras de pequeña en comparación a su forma humana se imaginaba lo diminuta que serías con él en su forma más animal; despreciaba a los seres más débiles hasta cierto punto, pero viéndote a ti sintió que debía mantenerte y cuidarte, protegerte. Su mirada se detuvo unos instantes sobre tus senos, luego entre tus piernas y volvió a subir su mirada.
Mirabas el suelo, intentando ocultar tus lágrimas de dolor, forcejeando débilmente contra el agarre de Krueger. Solo se escuchaban pequeñas súplicas saliendo de tus labios temblorosos, buscando consuelo y ser liberada.
— ¿Qué demonios?
Se escucho entre tus tantos murmuros y maldiciones mientras levantabas la mirada para identificar a el idiota que había enterrado una jodida flecha en tu brazo.
Tan pronto como tus ojos llenos de lágrimas enfocaron la enorme figura frente a ti las palabras se quedaron atoradas en tu garganta, tus labios se secaron como si hubieras pasado sin agua varios días.
Un gigante. Montado en su caballo color negro como la noche, vestía como hombre de la alta sociedad con toques barbaros, armadura, piel de animal sobre su espalda, postura imponente y.... Oh. Una máscara perturbadora.
— Carajo
Lograste maldecir en un murmullo.
— Cuida tu lenguaje
Exige aquel gigante con la voz severa, pero con una pizca de elegancia que, reafirmaba tu teoría, debía ser un hombre con una gran educación, a pesar de ser tan aterrador. Mandó un escalofrío por todo tu sistema, e inmediatamente cerraste la boca y desviaste la mirada hacia un lado, buscando no ser irrespetuosa, por más encabronada que estés y quién se halla equivocado fuese aquel gigante, en el fondo sabías que podrías tener consecuencias peores.
Gracias al miedo y adrenalina casi habías olvidado por completo la flecha en tu brazo, la miraste de reojo y el dolor comenzó de nuevo a invadirte, regresando las lágrimas que picaban tus ojos para salir.
könig estaba teniendo un ataque de ansiedad, una sensación que pensó que había superado, agradece llevar la máscara, o seguramente se notaría su frustración y el nerviosismo al tensar su mandíbula; apretó los estribos de su caballo, mirando tu pequeña y figura patética desviando la mirada ¿Porque lo habías hecho? ¿Era tan horrendo a tu mirada que ni siquiera podías verlo? Él podría perdonar tu falta de cuidado al hablar, pero no perdonaría que no lo mires cuando claramente está exigiendo tu atención. no lo perdonaría. Te daría un castigo. Con una buena excusa.
Bajó de su caballo en un abrir y cerrar de ojos, le bastaron tres pasos para llegar hasta donde estabas, tomar la flecha que llevabas en el brazo y quebrarla a la mitad, sin sacarla, eso te hizo abrir la boca para protestar y dar un grito desgarrador, pero antes de eso puso su mano en tu boca, para ahogar tus demandas, y te alzó en brazos.
No planeaba dejar a una criatura tan vulnerable y débil como tu en ese lugar, para empezar, ¿Porque estabas ahí? No tenías más de 24 años, tus ropas estaban desgastadas. Tan expuesta a que una bestia como él te viera y tomará como su pequeño juguetito nuevo, uno que se encargaría de usar a la perfección y con cuidado(tal vez).
Lloriqueaste contra su mano en tu boca durante unos momentos, las lágrimas caían por tus mejillas, y eso lo hacía sentir aún más extraño, un calor doloroso se formaba en su entrepierna, el deseo de tomarte ahí mismo, y provocar tus llantos aún más.
Pero no era lo suficientemente animal(aún) como para tomarte ahí inmediatamente , podría esperar; tu herida podría infectarse y estarías muerta al anochecer, no quería eso.
Regresó a su caballo y lo montó, contigo en brazos, liberando por fin tu boca, ya no llorabas ni gritabas, solo dabas pequeños suspiros temblorosos, el dolor fue tal que te desmayaste.
El simplemente no pudo evitar sentirse aún más extraño, te veías casi adorable, tu nariz y mejillas teñidas de rosado, acompañado de tu ceño ligeramente fruncido por el dolor, quería ver que otra caras eras capaz de hacer, específicamente debajo de él.
— Señor, Tengo el ciervo...... Ya es hora de irnos.
Se escuchó a krueger hablar en algún lugar, König estaba demasiado hipnotizado memorizando tus rasgos que fue suficiente para que Krueger haya recogido el cadáver del ciervo y montarlo en el caballo.
— ja... Gut, vamonos.
Murmuró apartando finalmente la vista de tu rostro y parte de tu cuerpo, tomando las riendas y emprendiendo el regreso al castillo.
Su bestia interior estaba ansiosa por salir a la luz, quería probarte, su pequeño trofeo, el mejor de todos.
A/N: Sinceramente, siempre he querido encontrar este tipo de fanfic con König, ¡y lo he hecho! Pero no parece haber ninguno en mi lengua materna, así que aquí estamos. Los reblogs me ayudan muchísimo para que pueda crear más contenido, ¡muchas gracias por leer!
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Por lo general ah esta hora estoy súper activa pensando en que ponerme para ir al colegio en siempre destacar en verme linda tal vez no lo sea lo suficiente pero hago que así sea ,pero no sé que me pasa mi mente está distante no quiere nd ni siquiera mi cuerpo quiere comer solo estoy tirada en el sofá escuchando música e intentando pensar en q no estoy mal y que puedo con todo pero no es cierto solo me duele el pecho quisiera no sentir esas puntadas y esas ganas exageradas de llorar y gritas.,
No quisiera tener esta cara larga se ciente feo no poder seguir fingiendo que todo está bn no quiero ni siquiera salir de casa no quiero saber nd solo quisiera no pensar ni saber nd no tener obligaciones por un día o al menos perder la memoria por un día , no puedo de verdad siento rendirme tan fácil pero solo estoy cansada,no puedo con todo en verdad no puedo me ahogo en mi misma mente pensamiento , son tan tas cosas que sin creerlo concuerdan y saber quie siempre tuve la respuesta en mi narices decidí no verla y creo que volví ah estar distante del mundo no es que ese mal solo que mi mente no para de decirme lo estúpida que soy y aún así quiere llorar en vez de ser fuerte pero es que no puedo mantener las lágrimas me cuentas pero lo hago porque como siempre tengo miedo al que dirar porque soy una tonta sensible sin amor propio, yo solo quiero sentirme BN acaso es tan difícil, o solo estar BN no es algo que yo pueda tener porque eh Sido tan mala persona y siempre pienso que no que hago está bn o solo mi vida se trata de error tras error,si es así preferí morir antes de luchar con todo ya es asfixiante tanto problemas quisiera mandar todo al carajo , pero soy tan tonta y sensible que no soy capas de nd , como alejarme de las personas que me afectan o como dejar mejor los problemas de lado y no mandar vida al carajo ...
ValeriaM.M.
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No te odio por que te fuiste.
Te odio pq me hiciste darme cuenta que mi cuerpo no es feo y ahora quiero que todos los días me lo recuerdes como lo hacías, pero ya no estás y no volverás
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Daniel nunca antes había estado tan seguro de que iba a morir. Sin embargo, en el fondo, tenía que admitir que perecer a manos de un grupo de matones brutos después de una desastrosa fiesta de Halloween, a la que ni siquiera había querido ir, tenía el toque de drama perfecto para terminar su vida repentinamente miserable desde que se había mudado. Los Cobras, aunque violentos, eran al menos lo suficientemente considerados como para sostenerlo en brazos cuando ya no podía mantenerse en pie. Nadie hubiera querido patearlo en el suelo; eso sí hubiera sido realmente feo y deshonroso. Cada respiración le dolía tanto que estaba seguro de que le habían roto algo dentro.
Cuando sus párpados comenzaron a sentirse pesados, cayó al suelo y supo que estaba perdiendo la conciencia. Lo último que vio antes de cerrar los ojos fue una sombra, una que, igual que un ninja, derribó a sus atacantes y se ganó limpiamente el título de héroe en la mente de Daniel. La oscuridad lo envolvió y, con ella, un silencio que resultaba casi reconfortante.
Su triunfal regreso al mundo de los vivos fue marcado por la sensación caliente de una tela húmeda sobre su frente, un olor horrendo a hierbas y el recordatorio simultáneo de que probablemente ya no tenía huesos, sino astillas en su lugar. Con un quejido bastante patético, intentó quitarse el trapo de la cara.
—Dejar...
—Apesta. ¿Qué es? —Daniel miró a su alrededor, desorientado porque su cerebro estaba demasiado ocupado sintiendo dolor. La habitación era pequeña, desordenada y estaba escasamente iluminada por una débil lámpara que proyectaba sombras inquietantes en las paredes.
—Oler mal, sanar bien.
—¿A dónde se fue el hombre araña? —obedeció y, en lugar de apartar el trapo, lo sostuvo con fuerza. El anciano tenía razón; ofrecía un alivio extraño a pesar del horrible aroma.
—¿Quién?
—Ese hombre que me rescató. ¿Dónde se fue? —Daniel bromeaba a medias, pero incluso su mente, a medio funcionar, parecía rechazar la idea de que fuera el viejo conserje quien hizo semejante proeza—. ¿Fue usted? ... No puede ser.
—¿Y por qué no?
—Porque... porque... —Daniel se detuvo a tiempo antes de decir algo muy seguramente estúpido. Se sentía inútil como una muñeca de trapo, intentando averiguar qué partes de su cuerpo podía mover sin querer llorar de dolor.
—¿Porque... anciano?
Mientras servía dos tazas de té, el hombre mayor sonreía divertido, como si también le pareciera gracioso pelear así de bien a su edad. Bueno, era el momento de intentar levantarse y su cuerpo protestó. El dolor en sus costillas le pinchó fuerte cuando intentó enderezarse y, joder, el binder se le enterraba en la piel herida recordándole que llevaba muchas horas con esa cosa puesta, pero a esa sensación de asfixia continua estaba más que acostumbrado.
Los brazos del señor Miyagi le invitaron a volver a intentarlo, esta vez con la seguridad de que no se iba a caer sobre la cama si no tenía la fuerza. Por un momento, se sintió como un niño pequeño al que ayuda su padre. La calidez y firmeza de sus manos transmitían una extraña mezcla de seguridad y respeto.
—Beber té, sentirte mejor.
Las manos que le mostraron cómo sostener la taza de té fueron tiernas pero firmes con él, casi como si no hubieran hecho pedazos a cinco chicos fortachones y confiados. Daniel tampoco hubiera creído que el hombre de mantenimiento de su edificio fuera capaz de algo así.
—¿Por qué no me lo dijo?
—¿Decir qué? —preguntó Miyagi con fingida inocencia, ocupado con su taza de té.
—Que sabía karate.
—Nunca preguntar.
Buen punto, pero le había visto intentar aprender por su cuenta y no le había dicho nada. Debía estarse riendo de él cuando le vio repetir sus movimientos frente a una revista.
—¿Dónde aprendió?
En la mente de Daniel, la imagen del hombre mayor en un Dojo de Karate parecía imposible. Las luces titilaban ligeramente, creando un ambiente casi místico mientras Miyagi hablaba.
—Padre.
—Pensé que era pescador...
El anciano dejó su taza a un lado para poder usar ambas manos y acompañar su relato.
—En Okinawa todos los Miyagis saber dos cosas: pescar y karate. Karate venir de China siglo XVI, llamarse "te" mano y mucho después ancestro de Miyagi llamar "kara te" mano vacía.
Daniel asintió. Había algo realmente sagrado en esa explicación, siglos de enseñanza de padres a hijos que le intrigaron, se sentía como algo grande e importante de lo cual formar parte.
—Siempre pensé que provenía de los templos budistas o algo así...
—Tú mirar mucha TV.
—Mi madre me dice lo mismo... —Daniel se preguntó si el señor Miyagi tenía hijos que habrían aprendido de él sus artes marciales ancestrales—. ¿Alguna vez le enseñó a alguien?
—No.
Le colocó de nuevo el trapo, esta vez sobre su mandíbula adolorida.
Rayos, esperaba que se ofreciera a enseñarle después de verlo en problemas. Pero Daniel no se iba a rendir tan fácil.
—¿Y lo haría?
—Depende.
—¿De qué?
—Razón.
—Por venganza —parecía tan obvio. ¿Qué otra razón tendría? Más allá de intentar balancear las cosas después de un claro intento de homicidio.
—Daniel-san, si buscar la venganza así, empezar a cavar dos tumbas.
—Al menos tendré compañía, ¿no? —Después de sonreír con su propia broma, dejó la taza frente a él. No iba a dejar que el intento de sabiduría lo persuadiera.
—Pelear siempre última respuesta al problema.
Daniel cambió la tela de mano y, mientras comprobaba que en efecto la mandíbula le dolía al abrirla, se jaló el binder un poco para intentar respirar mejor.
—No se ofenda, señor Miachi, pero no creo que entienda mi problema.
—Mi-ya-gi —el hombre mayor hizo énfasis en su nombre de nuevo—. Entender problema perfecto... Tus amigos todos... ser estudiantes de karate.
—¿Amigos? Ah, sí, esos chicos. —Ahora que la hierba había hecho su trabajo, Daniel se entretuvo buscando daños en su rostro. Su madre iba a estar mortificada cuando lo viera.
—Problema actitud.
—No, el problema es que me patean el trasero cada dos días, ese es el problema.
La cara le dolía, justo arriba del ojo, y al tocarse notó que le había limpiado la herida y puesto un curita donde la piel se había abierto por los golpes.
—Sí, porque chicos tener mala actitud... Karate solo para defensa.
—No es lo que a ellos les enseñan.
Se metió la mano entre el binder y las costillas para tomar aire, como si eso ayudara.
—Entender. No haber malos estudiantes, haber mal maestro. Maestro decir, ellos hacer.
—Oh, genial, eso me soluciona todo —contestó sarcásticamente—. Iré a la escuela y lo hablaré con el profesor, no hay problema.
—Ahora usas cabeza para otra cosa que para atacar.
—Era sólo una broma.
Daniel sonrió a medias, incrédulo de tener que explicar ese punto.
—¿Por qué broma?
—Porque me matarían si fuera allí.
—Mmm, igual te matarán. —En otra circunstancia, Daniel se habría reído de la tranquilidad con la que el Sr. Miyagi dio un sorbo a su té después de semejante declaración. Pero tal vez valía la pena intentarlo.
—¿Vendría conmigo?
Miyagi negó de inmediato, como si Daniel hubiera sugerido una tontería.
—No poder.
—¿Por qué? Dijo que era una buena idea...
—Para ti buena idea, para mí buena idea no involucrarme.
—No, pero usted ya está involucrado, digo...
¿Salvarlo esa noche no había sido involucrarse? Ahora parecía que quería lavarse las manos con él como si nada.
—Tttt, lo siento mucho.
—¿Qué? ¡Ah! ¡Gracias por nada entonces!
Lanzó el trapo y se levantó enojado, ignorando por completo la protesta de su cuerpo por el ímpetu repentino.
—¡Gracias por nada, como si ya no tuviera suficientes problemas! Ahora también tendré que responder por lo que hizo usted. No me haga más favores, ¿de acuerdo?
—Daniel-san...
—¿Qué? —Se detuvo bruscamente, aún con la mano en la puerta.
—De acuerdo, yo ir.
Daniel deshizo sus pasos y se acercó con una sonrisa. Por un momento, quiso abrazarlo, pero se arrepintió en el último instante.
—¡Excelente! ¡Excelente, señor Miachi! ¡Es genial!
En cuanto lo tuvo cerca, el hombre levantó la mano y le acercó el trapo húmedo qué había recuperado a Daniel, presionando de manera firme pero amable contra su piel adolorida.
—Miyagi —le corrigió.
—Miyagi, Miyagi. ¿Qué cinturón tiene?
El señor Miyagi se separó de él para poner las manos sobre el cinturón, dedicándole una sonrisa enorme.
—De tela. ¿Gustar? Comprar a sólo 3.98.
Daniel no hizo ningún esfuerzo por reírse.
—No me refería a ese cinturón, digo...
—En Okinawa, cinturón ser solo para sostener pantalones —lanzó una carcajada con ganas, a costa de Daniel.
—¡Qué gracioso!
—Daniel-san...
—¿Qué?
El señor Miyagi volvió a un semblante serio, solemne.
—Karate aquí —señaló con su mano a su cabeza—, karate aquí —señaló su corazón, y por último, se volvió a sostener el cinturón—, karate nunca aquí. ¿Entiendes?
—Creo que sí.
Daniel asintió pensativo.
El señor Miyagi lo miró fijamente y, después de un segundo de silencio, cuando le vio de nuevo con la mano sobre las costillas, preguntó:
—Daniel-san... ¿Esa prenda bajo tu playera? ¿Estar lastimado antes?
Daniel se quedó congelado un momento. El miedo comenzó a subir por su garganta mientras se llevaba la mano al hombro, donde metió los dedos entre el binder y su piel nerviosamente. Ahora que había conseguido un aliado, era el peor momento para quedar así de expuesto. ¿Se negaría el señor Miyagi a ayudarlo cuando le contara la verdad? Nadie fuera de su familia sabía, ni sus amigos más cercanos en New Jersey. Y aquí, a kilómetros de su hogar, en una ciudad llena de extraños hostiles y adolescentes intentando matarlo, era seguramente el lugar menos probable para encontrar alguien que pudiera entenderlo. Una gota resbaló desde la tela que sostenía contra su rostro hasta su mejilla y cerró los ojos un momento. El líquido permanecía tibio y ese terrible olor a hierba le picaba directo en la nariz, pero le hacía sentir seguro. Deseaba tanto sentir que podía dejar de pretender con alguien que comenzó a hablar antes de poder pensarlo mejor.
—Lo uso porque... mire, es un tema complicado, pero soy un tipo de chico diferente, ¿entiende? Eso me ayuda a ocultar algunas formas que mi cuerpo no debería tener...
Miyagi se quedó en silencio, esperando que continuara con su explicación, y cuando pasado un buen rato no lo hizo, volvió a insistir.
—Daniel-san, no ser tan viejo como para no entender...
Y aun así, a Daniel le pareció que realmente no entendía. ¿Quién podría hacerlo?
—Se equivocaron conmigo, ¿de acuerdo? Cuando nací, el mundo entero, incluso el universo, pensó que debería ser una mujer, pero fue un error. El cielo me dio este cuerpo frágil y estoy un poco atorado aquí. Pero yo sé que soy un hombre, y esta prenda...
Se levantó la playera, para mostrar el binder, pero también los moretones sobre su piel, dejando un patrón floreado y nauseabundo donde Johnny le había pateado.
—Me ayuda a que nadie se dé cuenta de este error, pero no soy una mujer, jamás he sido nada parecido a una.
Miyagi asintió lentamente, se llevó las manos a la barbilla en un gesto pensativo y meditó un momento. Daniel habría podido revelarse como una chica para detener el abuso físico; incluso ese grupo de salvajes aceptaría sin chistar que no podían golpearla y ese sería el final de su tortura. Pero no lo había hecho. No cuando le habían empujado por un acantilado, ni esa noche, cuando sabía que había llegado a tiempo para impedir una tragedia (y muy a su pesar, no sólo salvar a Daniel, sino impedir que esos chicos terminaran en la cárcel). Ni siquiera cuando su vida corría peligro se retractaba, y él respetaba eso, lo respetaba en serio.
—Si tú decir ser hombre, nadie poder negarlo...
Admitió finalmente, y al abrir los ojos, lo miró como si lo viera por primera vez, como si intentara encontrar alguna diferencia. Ahora tal vez podía forzarse a notar lo delgado de sus hombros, o una curva ligeramente más pronunciada en su cadera. Pero poco más, nada que no hubiera visto en otros cientos de chicos como él. Si confiaba en lo que veía, jamás hubiera dudado que Daniel era, en efecto, un muchacho normal, demasiado testarudo, orgulloso y flaco, pero perfectamente normal.
Daniel había estado jugando con su pie mientras el señor Miyagi pensaba. Ahora no había vuelta atrás, y el temor de haberse equivocado arañaba su estómago con cada bocanada de aire. Pero sus palabras, tan simples como eran, fueron las primeras de aceptación sincera que recibía en toda su vida. Si no le doliera cada músculo de su cuerpo, lo hubiera abrazado.
—No, nadie puede. —Con una sonrisa, ahora sí continuó su camino hacia la puerta—. Buenas noches, señor Miachi... Miyagi, Miyagi... ¿Mañana por la mañana?
—A las 10 en punto.
—Bien... Amm gracias por ayudarme con mis "amigos" esta noche.
Con cuidado, Daniel cerró la puerta y dejó solo al señor Miyagi.
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Hemos llegado a nuestras tercera estación y parece que fue ayer cuando tú y yo construimos con besos y abrazos nuestro mundo de amor. Creo que fue anteayer cuando salíamos a las fiestas, íbamos al cine y descubrimos en nuestros cuerpos el bello arte del amor en la piel.
Pasaron ya algunos ayeres, es cierto, tuvimos que andar el camino y muchas veces nos llovió torrencialmente y en otras el sol ilumino nuestros rostros y reíamos cómo tontos.
Nos tocó lo feo y lo muy feo, lo bello y lo hermoso. A veces solo había para un taco, en otras para un festín. En muchas ocasiones nos arrullo la luna y en otras los monstruos perturbaban nuestro descanso y muchas pesadillas nos perseguían.
Tuvimos que trabajar arduamente para construir, edificar y fortificar nuestro hogar, pero al final todo lo valío; si, valió la alegría, la felicidad, la comprensión, la ternura, la complicidad, los hechos, las palabras, la comunicación... Todo, todo ayudo para que hoy, tú y yo estemos aquí, plácidamente compartiendo nuestra mutua compañía y disfrutando de los frutos de nuestra buena siembra.
¡Te amo, cariño mío!
Leregi Renga
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Momentos donde el pasado duele.
Más si se trata de uno mismo, de una parte que queremos olvidar. Es como cuando el día se torna en gris y empieza a llover. Tu día soleado cambió, tus pensamientos también. Mi pasado no es el mejor de todos, he sido un mal hombre, pero es algo que ya no puedo deshacer. He aprendido mucho aunque sé que hay cosas que aún debo mejorar...
Tengo una maravillosa mujer que me ama y que no se merece la persona que fui con ella. Me siento muy mal cuando nuestro día se pone gris y ambos sufrimos por lo que he hecho. Le duele mi antigua forma de ser, porque aunque hayan pasado días, semanas, meses y hasta años pasen los errores que cometemos no se olvidan. Solo quiero decir que hoy día me sigo arrepintiendo y me sigo culpando por todo lo malo que ha pasado. Pero ya no puedo hacer nada...
He intentado muchas maneras de olvidar el pasado, pero es algo que nos acompañará toda nuestra vida, es algo que jamás vamos a poder arrancarnos y solamente nos queda progresar, no repetir nuestros errores y ser mejores que antes, ya hemos fallado, ya hemos lastimado, ya hemos hecho daño, ya hemos terminado ese página.
Quiero agradecerle a mi mujer, que me ha aguantado tanto tiempo, por ser quien nunca se ha rendido conmigo, por a pesar de ser un asco de persona tratar de ver lo mejor en mí. Hasta cuándo ni yo mismo lo puedo ver...
Quiero decirle que si pudiera hablarle al pasado de ella, le pediría perdón por todas las malas decisiones que tomé, que ojalá me pudiera perdonar o hasta quizás tomaría la decisión mas dura. La dejaría, para que no sufriera tanto por una nube negra como lo soy yo.
Regresaría al pasado para darme una bofetada y decirme que deje de cometer pendejadas, que valore lo que tengo y sigo conservando hoy.
Si llegas a leer esto, mi vida te pido perdón otra vez. Desde lo más profundo de mi ser, desde lo más hondo de mi corazón al que has llegado a cautivar y enamorar con tu forma de ser. Recordarte que a pesar de mis errores, hoy, en el presente y el futuro que nos espera mis ojos te pertenecen. Me entrego en cuerpo y alma a vos, a esos ojos que tanto me gustan, a seguir acariciando ese pelo brilloso y tan lindo que tenés, a seguir teniéndote en mis brazos y seguir mejorando día a día. A seguir teniendo nuestras citas en dónde nos pasamos riéndonos y comiendo nuestras hamburguesas y papitas. También a qué nuestras miradas sigan coincidiendo y cada vez que eso pase estemos sonriendo por solo vernos así.
Sé que hubo un momento de nuestras vidas en dónde todo fue gris y negro. En dónde todo se veia oscuro y nada parecía ser un día soleado. Sé que seguimos adelante y hoy día podemos decir que tenemos más recuerdos hermosos que feos aunque el pasado duela.
Solo quiero decirte que sigo enamorado de vos, que mis brazos y manos jamás se van a cansar de acariciarte y darte abrazos que jamás terminen, que mi boca no va a querer otros besos que no sean los tuyos, que en mis mañanas solo quiero que seas vos la mujer de todos mis días. Que te amo con lo más profundo y fuerte de mi ser, que cada día trato más y más por ser mejor para vos y para ambos, que cada día voy a luchar para hacerte sentir segura otra vez y porfin, cerrar esas páginas que tanto daño te han hecho. Sé que el tiempo me dará el favor, sé que voy a hacerlo, porque te amo mucho y todo con amor es mejor.
Hoy puedo decir que los recuerdos duelen pero que ya no soy la misma persona que los cometió. Sino alguien que ya no quiere ser de esa manera, que te agradece y te ama. Que te ama con locura y que es feliz solo con tenerte. Te pido perdón hoy y siempre, quiero que te quedes conmigo toda la vida, porque toda la vida te voy a amar.
Perdón por mi pasado.
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Un vuelo de sólo ida
No sé por qué dejé de escribir, quizá porque me ocupé de más, tiene varios años desde la última vez que vine por estos lares pero lo necesitaba tanto, escribir es de esas cosas que me salvan la existencia, y uno siempre vuelve a los lugares en donde fue feliz.
Lo que sí es que vamos a actualizarnos, no soy para nada la misma persona que escribió el último post que seguramente verás por debajo de este, los últimos 6 años de mi vida han sido los de mayor crecimiento y turbulencia en mi vida, esto a partir de un acontecimiento que me apagó el switch de la vida como la conocía y puso frente a mis ojos un escenario campal. Este episodio fue perder a mi hermano Luis Fernando en Junio del 2018.
La muerte de Luis ha sido por mucho lo más duro y terrible que he vivido en mi vida, pero también -gracias a las enormes enseñanzas de la terapia y de mi psicóloga- lo más hermoso. ¿KHÉ? Esto podría ser un shock para muchas personas ¿Cómo perder a un ser querido puede ser algo hermoso? me incluyo en tu duda y asombro si es que esta frase te causa shock, pero citaré a Lau mi tanatóloga cuando una vez me dijo:
"A mi me encanta la muerte, porque ella nos enseña mucho sobre la vida"
La primera vez que yo escuché esta frase estaba en la etapa de enojo de mi duelo, estaba enojada con él por irse, enojada con Dios, con la vida, con el mundo, con la situación, CONMIGO; pero escuché esto y retumbó en cada célula de mi cuerpo, tiró a mi rabia como un knock out directo a la lona y se me quedó grabado hasta la fecha, cuido esa frase como si fuera el mismísimo hilo negro.
6 años después miro hacia atrás y entiendo que la muerte de Luis me enseñó que todo en este lugar terrenal es finito y eso hace que las cosas tengan valor: que un día van a terminarse, tuve la crisis emocional más grande de mi vida y me encontré en un punto de bifurcación en donde el "camino A" era perderme, y el "camino B" encontrarme... Yo decidí encontrarme, me di cuenta que no tenía ni la más remota idea de QUIÉN ERA YO, empecé a ir a terapia, a mejorar mis hábitos, a priorizarme a mí, a poner límites... me cambió el semblante, la mirada, la seguridad y esto me llevó a amarme, porque no me amaba; comencé a cuestionarme qué ideas mías eran realmente mías y qué otras eran impuestas, ¿qué tanto de mí es la idea y la expectativa que los demás han construido?, comencé además a cuestionarme si Dios en realidad existe, hoy decido creer que sí, aunque a veces tengo mis dudas y es NORMAL ¡Dejemos de pensar que es blasfemo DUDAR o cuestionarse cosas! Si creo lo que creo quiero que sea por decisión propia, no porque tenga que hacerlo para encajar.
TODO ESTO lo platiqué en terapia y mi psicóloga me dijo "Todas estas cosas que has enumerado en tu crecimiento personal es un regalo de Luis para ti" eso me rompió en llanto; y yo que pensaba que los hermanos únicamente se regalaban pasteles feos y malas bromas, hoy cada vez que vivo lo hago desde mi corazón por los dos, cada vez que siento algo demasiado digo en mis adentros "Va por ti hermanito".
¿Pero sabes qué es una de las enseñanzas más hermosas que aprendí de ahí? La quiero compartir contigo y es la siguiente:
EL AMOR ES UN VUELO DE SÓLO IDA
Toda mi vida viví en el error de vivir el amor (de pareja, familia, amistad o lo que sea) como un vuelo redondo, no tiene valía si no vuelve a mí, no existe la ida si no tiene un regreso; hoy ya no lo percibo así. Para que yo te ame no necesitas hacer nada, no tienes que amarme tú también, puedo amarte sin ninguna razón, no necesitas siquiera estar vivo. Si te amo quien gana es mi corazón y mi energía porque mi alma es tierra fértil para sembrar ese sentimiento, y ese amor mueve al mundo, es gasolina, puedo canalizarlo en combustible para moverme, para ir por mis sueños, para levantarme cuando me caiga y esa es la verdadera abundancia.
Hace poco terminé una relación en la que creí que iba a vivir hasta mis últimos días, a envejecer; y se me rompió el corazón en 100 millones de pedazos, duele la expectativa, los planes a futuro, los recuerdos del pasado, los "hubieras"; pero a diferencia de todas mis relaciones anteriores lo hice desde un lugar de paz, ha sido sin duda la que más me ha dolido, pero la separación en la que estoy más en paz, ¿Porqué es distinto? Porque a pesar de mis relaciones anteriores, es la PRIMERA VEZ que me amo y mi niña interior sabe que hay un adulto a cargo; entendí que amo a esta persona, la voy a amar toda la vida y siempre voy a honrar lo que vivimos, si nos amamos pero nuestros caminos son diferentes hay que abrazarnos, darnos las gracias y tomar cada quien su rumbo, hasta aquí fue nuestro viaje juntos y citaré una canción de Escarlata: "En cada paso que yo doy, algo de ti llevo conmigo".
El amor no es estar disponible para la gente, no es dejar la puerta abierta, no es luchar ni insistir, hoy puedo cerrar ese capítulo con la certeza de que por mi parte lo di todo, expresé todo, dije todo, conociste mi luz más grande pero también mi más obscura sombra, me vulneré de todas las maneras en las que un ser humano puede hacerlo, no hay un sólo rincón de mi alma que no te haya cuidadosamente mostrado, y tú no tienes que hacer nada, no tienes que quedarte. No en todas las grandes historias de amor las parejas terminan juntas, hay veces que las relaciones mueren, pero así como mueren las personas, las recuerdas, las honras y resignificas su capítulo en el libro de tu vida. Le he llorado mucho a mis muertos, pero también les he agradecido existir. La muerte de las relaciones también viene a enseñarnos mucho sobre la vida.
Sólo ida.
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